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20110703

fue "tita"

Giró la cabeza y sus ojos se encontraron con los de él. En ese momento comprendió perfectamente lo que debe sentir la masa de un buñuelo al entrar en contacto con el aceite hirviendo. Era tan real la sensación de calor que invadía todo su cuerpo que ante el temor de que, como a un buñuelo, le empezaran a brotar burbujas por todo el cuerpo; la cara, el vientre, el corazón... No pudo sostener esa mirada y bajando la vista cruzó el salón hasta el extremo opuesto

muerte

Para empezar ese segundo, no es un segundo en absoluto, se hace algo inmenso e infinito como un océano de tiempo. En mi caso aparecía yo, tirada boca arriba en el pasto mirando estrellas caer, y las hojas amarillas de los árboles de Maple que recubrían nuestra calle, o las manos de mi padre, con su marchita piel que parecía papel