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20081223

29/11

Él es perfecto, él hace que mis textos se adornen con esa espesa calidez que sale de mí, esa calidez tan escasa en estos tiempos. Ninguna metáfora es capaz de compararse con él, nada le iguala, no es perfecto de la manera convencional, es perfecto para mi y mis ideas, su sonrisa transmite una alegría mezclada con melancolía, joda! Risa de espanto y modales extraños, no lo idealizo y ya es insólito, fugaz, corre solo, o con alguien más que no soy yo. En mis pequeños ojos secos se denota un titileo extraño, no es frecuente ver esa luz ahí, aparece cada vez que él tiene un logro, nada es convencional en esto, al menos para mi, me hace sentir extrañamente contenta, aunque de una manera lejana a sus conocimientos, no lo sabe, deduzco yo que no, es algo imposible de saber, no lo transmito más que en mis odiosas y cada vez más usuales líneas.
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Escrito por: Makarena F.

20081222

#54

Imagino una tabla de ajedrez con las piezas tal cual interpretaran un juego que ha iniciado hace un par de minutos, sólo un par de movimientos de parte de cada contendor y ahí yo, no importando el color, siempre situada en un lugar de la tabla a la cual las demás piezas de juego no puede acceder fácilmente, al menos deben pasar un par de alfiles para poder llegar a mi, no soy una reina ni un caballo ni nada de valor, solo un simple peón en el jueguito que se encuentro “autoaislado”. Tras la metáfora se desprenden varias cosas, como el hecho de ser auto aislada, no seré la mártir de nada indicando que algo o alguien me ha puesto en ese lugar, nadie lo hace, solo yo me ubico en un lugar solitario, solo por que lo prefiero, es mi autodefenza a algo que aun no descubro bien, a mi “sitio” sólo unos pocos obtienen acceso, aquellos que se han dado el trabajo de conocer este peón, o peona, que se yo, aquellos que tienen la curiosidad de saber, o necesidad de ver quién soy yo realmente, se empecinan tanto en la tarea que terminan creando un vinculo conmigo, un vinculo muy variable dependiendo de la pieza la cual se haya acercado a esta peona. Me reconozco desagradable a veces, o muchas veces, pero es mi mecanismo de defensa, la de la gran mayoría seria llorar, lo hacen con frecuencia, lamentablemente no tengo esa capacidad tan desarrollada, prefiero la otra coraza, esa que no me cuesta tanto. Camino entre la gente, me mezclo y hasta puedo mimetizarme con muchos de ellos, soy nada fuera de lo normal, pero carezco de la valentía que ellos tienen, eso no me hace distinta, solo me hace inferior. No me quiero tan poco como creí hace un par de líneas, me gustan mis fotos, con cierta ropa mal no parezco, si hasta me maquillo cuando lo quiero, es algo más allá… lo descubro, de soslayo aparecen ideas de un rompecabezas que cada vez se me hace más diáfano, y en síntesis, puedo decir que sólo ¡no sé querer!, no sé como hacerlo, lo desconozco, desconozco los canones de medición por el cual evaluar el cariño, sólo lo siento, pero por pocos, y cuando siento que algo nace, lo marchito de inmediato alejándome, comportándome extraña y muy intransigente, rechazo inmediato provocado no sé por qué extraña sustancia en mi. Deduzco que a la mayoría le cuesta decir las cosas, y no sé si a mi me cueste, no noto la diferencia entre no querer hacerlo… en fin, un proceso más, no puedo sacar esto de mi, al menos no puedo hacerlo con sutileza, sin caer en depresión, o simplemente hacerlo, quizás lo logre en un tiempo, o quizás no, no sé.
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Escrito por: Makarena F.

Relato de una Insomnica

Pienso que no tengo insomnio, si no más bien una acumulación inmensa de ideas, o más bien ocurrencias dentro de mi cabeza que no permiten conciliar el sueño, me lo propongo, cierro los ojos y pienso en “nada” y que pasa? Cuando creí conseguir que mis ondas alfas betas y bla bla bla conciliaran el termino perfecto, llega de pronto una idea fugaz de la nada; Y ese es mi inicio, cuando el día termina vienen las ideas más raras a mi, y me sumerjo en ese mar de nada y naufrago en él a la ves, me hundo pensando y hasta idealizo cosas que en un estado de sutileza o despierta ni de casualidad aparecerían a mi haber, y sigo, sigo la idea y la desarrollo tal y como si fuera un ensayo mental, lo que escribiría en papel lo proceso en mi cabeza, que en este caso, en el cual intento dormir, resulta peor, ya que no hay un limite, “las hojas” de mis “ensayos” no se acaban jamás. Pienso que el insomnio es una gran ventana que, a veces, da pésimos resultados motores y psíquicos, pero que otras veces permite conocerme más allá, sí, ideas tan idiotas como está no se habrían presentado de no padecer este mal de familia, como planteaba, me permite conocerme en la totalidad, nadie mas que yo puede decirme como soy en vigilia, como me comporto y demáses, por que claro está que intento encontrar explicaciones a todo lo que me rodea, me empecino en lo racional, no dejo cabida a la duda y eso es muy pero muy malo, en fin, en la gran “aventura” que tengo sin moverme de mi escritorio-cama suelen pasar ideas por mi cabeza que desaparecen a penas inicia el día convencional, y últimamente tengo ideas igual de vagas que cuando estoy despierta, pero de un tiempo a esta parte se vuelven repetitivas, cosas como muerte, sentimientos y ese tipo de estupideces pasan muy a menudo a visitarme, es como una especie de síndrome psicótico, pero nocturno, tragicómico y patético, de una idea me voy a otra que desembocan en la nada, para que luego, a la noche siguiente vuelva el mismo estupido cuestionamiento, que por supuesto es “racional” pero no deja de ser estupido. A veces lo escribo (como ahora) para tener una constancia a la mañana siguiente de las idioteces que hago bajo el efecto de la nada, las escribo para mi deleite personal y para intentar resolver ese “algo” que no me deja dormir, por que una persona como yo, que tiene insomnio desde años ha hecho mucho por dejarlo; He descartado muchísimas cosas a lo largo de este padecimiento, que, entre paréntesis, ya es parte de mi vida y poco a poco ha ido desminuyendo, pero en fin, como escribía, he descartado mucho, cosas como “miedos nocturnos”, “el monstruo del closet”, “el monstruo debajo de la cama”, hadas, duendes, fantasmas, dios y toda clase de personajes mitológicos, también me he puesto a pensar en que es sólo una enfermedad psíquica que evoluciona, para mejor, duermo más de un tiempo a esta parte, pero siempre hay algo que me impide hacerlo del todo. Ahora estoy en pie y son las 06.01 AM. No he dormido aún, y me levante gracias tras desarrollar una de mis fantásticas “ideas”, también me he respondido a mi misma que escribo de manera nocturna, ya que por razones de respeto no puedo conversar con nadie a esta hora, aun no he llegado a mi limite mental de inventar amigos imaginarios, sólo charlo conmigo misma. Mis neuronas haces sinapsis de una manera muy muy lenta, pero aun así no me impide escribir, por absurdo que suene este texto, a su término, no importará.
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Escrito por: Makarena F.

20081214

Un Burdel

Sí, definitivamente es como un burdel, lleno de secretos y cosas que ocultarle al mundo, casi con doble vida, presentándose tal como el resto, pero sintiéndose diferente, pero no lo es, es casi una copia de lo demás. Siempre he tenido la idea de que todos tenemos algo especial, algo que nos caracteriza, así como una huella ilegible que nos hace resaltar un poco al de al lado, es una huella que adquirimos en el camino pero, nadie la muestra tal cual es, muestran lo contrario, lo que NO los hace distintos, siguiendo al resto en lo que hacen, y a ese ritmo ocultan aún más aquello que los hace tan especiales; y ahí va mi analogía, burdeles andantes, ocultando sus verdaderas historias al mundo, contando una realidad adornada sacando lo peor de ellos, enterrando cada vez más su esencia y haciéndose participes de las historias utópicas de otros, casi de soslayo se ve lo reales que son, pero cada vez más esa pequeña ventana se va cerrando. ¿Por qué no contar lo simple y liviana que es su vida?, ¿por que no hablar de lo que realmente les importa?, ¿a que se deberá ese miedo?, es una de las preguntas que porsupuesto nunca hallaré respuesta, y no sé por que me hago la pregunta tampoco. Y digo otra vez, ¿Qué tienen de malo los burdeles?, a mi parecer, absolutamente nada, pero se ocultan, en callejones y suburbios, al entrar en un burdel todo es silente, sólo con un par de miradas se logra deducir que es lo que realmente quieren los visitantes de la casa de remolienda, y ahí va de nuevo mi analogía, con las personas pasa lo mismo, solo en un largo tiempo logramos saber que es lo que realmente quieren. Y por qué lo escribo?, creo que nadie me oiría decirlo, y no caeré en el existencialismo señalando que no hay quién me oiga y que quiero desaparecer del planeta y blah blah, por que no es así, sólo lo escribo, creo, por que al decirlo, no tendría la misma importancia; Al instante de hacer mi analogía, seré interrumpida por el sequito de disculpas que cubre la defensa de mi interlocutor, pero bueno, continuo pensando y vomitando palabras, que a la larga es mi catarsis mas certera, mi terapia para la enfermedad psiquiatrica que aún no me han diagnosticado, pero bueno, más vale prevenir, en un mundo de “Nolocos”, todos muy cuerdos y eso enferma, se hacen los locos, se envuelven en novedades con tapices de locura y que obtienen? Irracionalidad y la enmascaran como locura, pero dentro de ellos mismos saben que han hecho todo bajo sus cabales y sus cinco sentidos, y no me queda más salida que seguir en mi análisis, ese que nadie me pidió que hiciera, pero es más fuerte que yo, será que me siento tan simple?, me gusta lo común, lo cotidiano, eso que sale de sorpresa, esa droga a la cual soy adicta y no sé como conseguirla, nadie puede abastecerme de eso, y pienso, actúo poco, y vuelvo a pensar en como llegar a ese punto que, de seguro, no está en un burdel.
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Escrito por: Makarena F.

20081205

Sin Etnicidad

Soy aquella que carece de etnicidad, no me avergüenza, carezco de mucho más, de cosas inimaginables, y tan inalcanzables como intangibles, no poseo discernimiento de mucho de lo que ocurre, no tengo fe ni estupidez en mi cabeza, no juzgo ni prejuicio, intento caminar con mis pies y no saltarme al lugar de otra, imagino, suelo hacerlo, aunque antes con más frecuencia, solía posicionarme en mundos paralelos de los cuales solo yo era reina y señora, pero tan desolados que yo era la cúspide en la escala y a menudo azotaba mi cabeza con fuerza en el ultimo eslabón de mi jerarquía, descubrí que mis mundos, todos, eran distintos, se empapaban de escenografitas misceláneas y con el andar, casi sin darme cuenta, pasaba al mundo que se encontraba a su haber, siempre pongo énfasis en caminar… quizá no lo haga a cabalidad, quizá solo escapo, una huida ruin y cobarde disfrazada con la manta de la más dulce de las andanzas, he puesto pedantería en eso, en el escapar, tengo miedo de convertirme en lo que temo, en ser parte del resto y mezclarme hasta ser parte homogénea de la masa, y por qué no hacerlo? No entiendo lo que anda mal, sé tanto y a la vez no, pongo en aplicación todo aquello que conozco, aprieto mis manos cuando veo el tiempo pasar y yo ahí esperando auto salvarme, es una agorafobia inexplicable, actúo, paro y pienso, y me pierdo y muero haciéndolo y más tiempo se me va en eso que en el actuar, y vuelvo al ciclo, al circulo vicioso, es como el sistema solar de mis mundos, todos, otra vez, al unísono forman un solo planeta el cual no sé a ciencia cierta su ubicación, a veces pido coordenadas a la nada y porsupuesto sin respuesta alguna, me siento y vuelvo a pensar en donde estará mi planeta, yo lo cree, tendría que saber exactamente su entidad, y es ahí cuando deduzco que soy humana, y estoy presa del arma más grande de nosotros, “la estupidez”, soy tan mujer como ella, pero no me parezco, pero intuyo que somos igual de entupidas, con él también, él también tiene entremanos aquella arma letal que nos aniquila, a mi y mis planetas, quien pondrá a salvo mis planetas!!?, son inestables y pueden menguar así como constelar, supongo que esperaré ese día, y al acontecer no me sorprenderé, supongo que me entristecerá la idea de no tener mis preciados escondites, de no tener un hogar donde llegar y ser la reina del absurdo y al mismo tiempo la proletaria que yace frente al puesto del patrón nadando en su locura, nadie protege mis planetas por que nadie tiene idea de ellos. Y si lo tengo tan claro, no me explico como evitarlo, supongo que deberá pasar, pisotearán mis planetas así como los de otros que yo tampoco sé su ubicación, nadie nos salva, algunos fingen fe en la infinita y célibe nada, se entregan a ella, inventan cantos y libros y se revuelcan en su embriagada y fría realidad, pero no los culpo, sólo los compadezco, y quizás ellos a mi, como no hacerlo, si yo misma me compadezco, no entiendo como poseo esta arma, me gustaría librarme de ella, y no puedo, la estupidez me compaña por doquier, en cada uno de mis fatídicos actos y es donde vuelvo a pensar, ese es mi vino, me embriago pensando, quizás ya no debería hacerlo, quizás de una vez por todas debería unirme a todos y ser parte, ganar etnicidad y quedarme con ella, pero soy muy cobarde, aún no me siento capaz de nada, sólo de escribir mi absurda historia.
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Escrito por: Makarena F.

20081202

muy absurda

Me marchito, me vuelvo acida y no me importa; mantengo la idea de un norte, pero no sé si seguirlo, no se si debo hacerlo, supongo que no me conviene. Veo las flores que desprenden ese protervo olor, y sigo en píe deseando no querer tanto, no como lo hago, desearía hacerlo de una forma superflua, poco evidente, despertar, y que a mi cabeza no vengan las efigies de sus caras mirándome, que no vengan recuerdos con bálsamo de felicidad, preferiría que al llegar el día, no me sintiera como suelo hacerlo, preferiría tenerlos, pero no depender de ellos, que fueran sólo un detalle minúsculo al cual recurrir cuando me aburro de la banalidad de mi propia realidad. Pero miro, pienso, y sé que de banalidad carece, que la realidad es más allá de lo popular del termino, es todo, es lo holístico de mi vida, es por lo cual estoy en pie y muchas veces en el sórdido suelo, es mi escenografía, lo que me representa, lo que me hace especial a los ojos de nadie. Pienso, con recurrencia uso la denominación pensar, creo que es lo único que hago, y no sé si del todo bien, me ahogo, no comparto el pensar con nadie, lo hago en silencio y a cada instante, finjo!, muy seguido, ejerzo mis actos, con una alegre tristeza que muere al momento de nacer. Los miro, y veo su falsa y devota felicidad, quizás la envidio, o talvez nada, contemplo sus “talentos” inteligencia espacial, multifacéticos y no dudo un instante en cuestionar su aflorada felicidad causada por psicotrópicos y alcohol, que de malo hay en eso? Nada, pero se cubren tras la manta de ese falso y disminuido tiempo y añoran la realidad, aunque lo desmientan, añoran la verdadera felicidad, de las cosas simples, no de su desabrida parafernalia. Suelo tener explicaciones, las doy a menudo, me lleno de ellas, las asumo y son mías, intento ser similar a como me ven, real, sin mucho sentimiento aflorando, pero soy un cúmulo de ellos, los guardo, para qué o quién, no sé, pero siempre reservados, escribo cosas absurdas, lo que viene a mis dedos… Y concluyo, cierro el ciclo, muere el ahogo, se va con el llanto y se lleva consigo la pena absurda, limpia, diáfana… LIBRE!

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Todos los ocasos se fundieron en mi alma…Los pastos de todos los prados fueron frescos bajo mis pies fríos...Se secó en tu mirar la idea de juzgarte, calmó Y que yo vea "eso" en ti, es un puerto sin navíos…

20081113

Un Soslayo

No! Yo no vivo pendiente de tu reconocimiento social, de tu estúpida jerarquía, de tu superflua cáscara, no me interesa hablar de mi cuando no corresponde, no existe el motivo de divulgar lo que hago, no hay la necesidad imperiosa de hacer dominio público mis actos, no los considero importantes para demarcarlos en primeras instancias, prefiero oír que hablar, y sí hablo, no es de mi. Hay veces en las que se adecua a un interlocutor, situándonos en su nivel, exclamando lo que él exclama y guardándonos nuestro real enfoque, reservándonos nuestro real interés por las cosas por miedo a no encontrar el receptor indicado, haciendo cada vez nuestro discurso una mezcla de comedia absurda, la cual, al leerla, nos da risa angustiosa y simpatía afligida. Hoy grité, bajo ningún motivo aparente, pero grité, escuché por enésima vez aquel tortuoso discurso salir de sus bocas y deduzco que ya no me sentí bien, esa bocanada desabrida, como sacada de la peor de los barrios del bajo mundo, era casi victoriano mi grito, no era desesperado, ni angustioso, fue un grito tan o más desabrido que lo que oía en ese instante, bajo el efecto de haber gritado, caminé, recorrí como en el mejor de los tiempos las calles, simulando una seguridad inexistente y aparentando que las flores olían mejor que en la más envidiable de las praderas del sur. Recorrí esas latitudes que olvidé en algún momento, o que reemplacé con otras prioridades, hice hincapié en observar; Cautelosos soslayos se escapaban y mi cuerpo emitía la respuesta inminente de lo que miraba. Me sentía omnisciente, sabia lo que pasaba y no me veían, pero con el transitar del momento, recordé él por qué no podían verme; Yo no existía, al menos en esos Lares, Hablaban el idioma que por mucho no hablé, usando signos y señales que si bien me eran familiares, no dominaba del todo, en fin, preferí ahorrarme la tortuosa angustia y continúe caminando (en los últimos acontecimientos ahorré mucha angustia), supongo que ya no es necesaria. Pues bien, continué sigilosa por lo que podía encontrar en mi camino, y mientras paseaba aún con esa disimulada pero convincente seguridad, a mi venían aquellas vocecitas con sus discursos mal evocados y narcisistas, los cuales provocaban una sonrisa inclinada, pero muy mezquina, caminé mucho, quizás un par de horas e intenté mirar atrás para notar si había dejado algún lugar importante el cual visitar, y me di cuenta que la calle por al cual venia pasando hace un par de horas, se transformó por completo, aún sentía el perfume penetrante de las flores, y aun me sentía particularmente segura, pero no cabía duda que la calle cambió, el asfalto tomó un color rojizo, con atisbos púrpuras entre baldosa y baldosa, y decidí tomar un descanso, tomé una naranja de mi mochila y mientras disfrutaba de ella miré las cáscaras en el suelo y me pregunté el porqué había iniciado mi paseo, sin encontrar respuesta aparente noté que el color del desperdicio de la fruta no era toronja… Era mi propia cáscara, esa que boté sin motivo aparente, me pregunté si solo se cayó, o fue reemplazada por otra, aún no lo deduzco, y quizás nunca logre averiguarlo, lo importante es que nunca es bueno dejar de caminar, por más que las avenidas se tornen frondosas alamedas y los callejones se asemejen a una calida ciudad, debemos caminar por más que nos pese.No vivo pendiente de reconocimientos ni de que me establezcan en absurdas jerarquías, sólo sé, que aún debo caminar…
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Escrito por: Makarena F.

20081112

Lineas en la arena

Las paredes latían, sólo atinó a poner las pastillas en su boca, con tal que el zumbido de sus oídos callara, con tal de apagar esas casi cuarenta horas de insomnio, con tal de que todo calmara, con tal de dormir. Siempre supo que no estaba bien, era obvio, una tontería, pero su latir se intensificaba cada vez más, haciéndose insoportable, volviéndose una bomba de tiempo, con el volumen al máximo, su cuerpo no respondía a ningún estimulo, las pastillas no dañaron en lo absoluto, su cuerpo y mente eran un harapo, los analgésicos sólo la ayudaron a darse cuenta al deterioro que había llegado. La primera imagen, casi popular del asunto es creer un intento de suicidio, se les mete entre ceja y ceja que fue eso, o que se sentía mal o que se yo, nunca piensan que solo buscaba una vía de escape, que sólo ella quería descansar, no para siempre, como absurdamente se creería, o convencionalmente se entendería al darle una primera lectura al caso, ella necesitaba alivio, ese alivio que pocas veces encuentra, ese regocijo de plenitud que pocas veces ha tenido el agrado de sentir. Ella sabe que – adiós mundo cruel – es una estupidez, siempre lo ha sabido, y lo mantiene, pero la inquieta la idea equivocada de otros, sin embargo, no es algo que le quite el sueño, por sarcástico que esto suene. Ella es medio loca, pero toda vivencia para ella es sinónimo de una moraleja, que a veces es para sacar en limpio trivialidades, pero otras para darse cuenta de lo que realmente es y que es lo que realmente le importa. Está vez, fue esa vez, sabe más que antes, en todo aspecto, entrega menos a quienes no merecen su preocupación y se da al 100% por quienes ama y aún más al saber que todo aquello es reciproco, ella ya no gasta energías en imposibles, no idealiza tanto, pero sigue siendo un poco loca, y por qué no, lunática también, sin embargo ahora es más feliz que ayer sabe que esa es la mayor recompensa que jamás imaginó encontrar esa palabra que escapa de un realismo mágico, algo inalcanzable y envuelta en un a pizca de tabú, hoy es feliz, no a destajo, pero mucho más que ayer.
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Escrito por: Makarena F.