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20090208

Sinfonia Macabra

La cabeza se destrozó en el suelo con el simple golpe sonaba como ese violín que una vez escuche estrangularse, era único, su sonido sin sentido se propagaba por todo mi cuerpo insertándose, alojándose en mi, tan ajeno como todo lo demás que me recorre, pero le di hospedaje por un par de horas, se hicieron tortuosas, con ese amargo sentimiento que me embriaga tan seguido y sin embargo, no me desagrada para nada. A menudo oigo el sonido de chelo, no tan estrangulado, peor igual de bizarro, los oigo dentro y presiento que el sonido se prolongará más de lo que yo espero, juntos desafían al tiempo, es casi una rapsodia macabra, esa que compuse hace tanto, también para mis adentros, esa sinfonía que me dedique durante años a componer y que para variar, no tiene el más absoluto sentido. Aquella sinfonía es mi secreto, ese que nadie absolutamente nadie conoce, y no pretendo que lo hagan, es tan mio que el compartirlo seria casi insoportable, la compuse hace ya tanto, que darla a conocer ahora sería una estupidez. y no miento cuando digo que me sumergí para oírla nuevamente como antaño, me siento y la observo, me bebo toda la duda que queda en mi, y al terminar de escuchar aquellas agonizantes cuerdas, me doi cuenta que en mi presente ya no es posible aquella añeja composición y presiento, sueño en la alegría, esa que hoy tengo, pero por algún miedo perpicaz, siento que se irá, quizás no, pero así son mis miedos, aparecen de la nada y a veces sin motivo alguno se prolongan en el espacio, y me pierdo nuevamente en él, divago como huerfana en un parque, no poseo mayor capacidad que la del análisis, y recuerdo que elementos utilicé cuando me propuse componer esa sinfonía, quizás en un ímpetu desesperado por tener una creación, robé la idea de algún otro cuerpo que divagaba junto conmigo, casi como un best sellers, me conjugue en tantos tiempos que me perdí y no se como volver a mi estado original, no puedo hallar la salida la cual me lleve a ese tiempo precioso en el cual yo era dueña de mi y mis inventos, ahora los observo con desdén y lejos, supongo que es lo único que me aqueja, la lejanía, de haber sido la dueña y hoy un simple observador que desde la omniciencia no recuerda como llegar al punto de partida que una vez hizo que estallara todo eso que guardaba.
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Escrito por: Makarena F.

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