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20081222

#54

Imagino una tabla de ajedrez con las piezas tal cual interpretaran un juego que ha iniciado hace un par de minutos, sólo un par de movimientos de parte de cada contendor y ahí yo, no importando el color, siempre situada en un lugar de la tabla a la cual las demás piezas de juego no puede acceder fácilmente, al menos deben pasar un par de alfiles para poder llegar a mi, no soy una reina ni un caballo ni nada de valor, solo un simple peón en el jueguito que se encuentro “autoaislado”. Tras la metáfora se desprenden varias cosas, como el hecho de ser auto aislada, no seré la mártir de nada indicando que algo o alguien me ha puesto en ese lugar, nadie lo hace, solo yo me ubico en un lugar solitario, solo por que lo prefiero, es mi autodefenza a algo que aun no descubro bien, a mi “sitio” sólo unos pocos obtienen acceso, aquellos que se han dado el trabajo de conocer este peón, o peona, que se yo, aquellos que tienen la curiosidad de saber, o necesidad de ver quién soy yo realmente, se empecinan tanto en la tarea que terminan creando un vinculo conmigo, un vinculo muy variable dependiendo de la pieza la cual se haya acercado a esta peona. Me reconozco desagradable a veces, o muchas veces, pero es mi mecanismo de defensa, la de la gran mayoría seria llorar, lo hacen con frecuencia, lamentablemente no tengo esa capacidad tan desarrollada, prefiero la otra coraza, esa que no me cuesta tanto. Camino entre la gente, me mezclo y hasta puedo mimetizarme con muchos de ellos, soy nada fuera de lo normal, pero carezco de la valentía que ellos tienen, eso no me hace distinta, solo me hace inferior. No me quiero tan poco como creí hace un par de líneas, me gustan mis fotos, con cierta ropa mal no parezco, si hasta me maquillo cuando lo quiero, es algo más allá… lo descubro, de soslayo aparecen ideas de un rompecabezas que cada vez se me hace más diáfano, y en síntesis, puedo decir que sólo ¡no sé querer!, no sé como hacerlo, lo desconozco, desconozco los canones de medición por el cual evaluar el cariño, sólo lo siento, pero por pocos, y cuando siento que algo nace, lo marchito de inmediato alejándome, comportándome extraña y muy intransigente, rechazo inmediato provocado no sé por qué extraña sustancia en mi. Deduzco que a la mayoría le cuesta decir las cosas, y no sé si a mi me cueste, no noto la diferencia entre no querer hacerlo… en fin, un proceso más, no puedo sacar esto de mi, al menos no puedo hacerlo con sutileza, sin caer en depresión, o simplemente hacerlo, quizás lo logre en un tiempo, o quizás no, no sé.
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Escrito por: Makarena F.

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